Se han cumplido más de cuarenta años desde que llevamos a cabo nuestra primera instalación de calefacción en Madrid centro y durante todo este tiempo no hemos conocido un sistema de calefacción que, además de ser el que menor gasto ocasiona, se obtengan mejores resultados. Nos referimos al sistema conocido como suelo radiante. 

En principio, podría pensarse que se trata de algo muy similar a la instalación de los tradicionales radiadores, pues al fin y al cabo en ambos casos se trata de unas conducciones por las que circula el agua que ha sido previamente calentada por la caldera. Sin embargo, aquí terminan todas las similitudes. Mientras que, para el funcionamiento de una instalación de calefacción en Madrid centro de radiadores tradicionales, el agua debe alcanzar una temperatura mínima de entre 75ºC y 80ºC, cuando hablamos de suelo radiante el agua no tiene por qué superar los 40ºC.

Los radiadores tradicionales calientan el aire de cada una de las habitaciones y es este aire el que, poco a poco, va calentando los objetos y las personas que en ellas se encuentren. Por su parte, en el suelo radiante, al tener una gran cantidad de conductos en el suelo, con la diferencia de temperaturas se produce una radiación calorífica que actúa directamente sobre los objetos y las personas que hay en la habitación y que  provoca que aumente su temperatura.

Como resultado, además de reducir el consumo de combustible de la caldera en más de un 50%, la sensación de calor se siente desde el mismo momento en que se pone en funcionamiento el suelo radiante. Si quieres más información sobre este sistema de calefacción puedes ponerte en contacto con Termiservicio.